Sargento Mario ¨Perro¨ Cisnero ; héroe argentino caído en combate en monte Dos Hermanas, Islas Malvinas
Mario Antonio Cisnero, nació el 11 de Mayo de 1956, en la
provincia de Catamarca.
Uno de sus impulsos a entrar al Ejército era que cerca de su
casa tuvieran el campo de instrucción del Regimiento de Infantería Nº 17, y
como era la costumbre en esa época, la Banda de Música y Guerra presidia al
grueso del regimiento con los acordes de las machas militares.
El jóven suboficial Cisnero |
Cisneros poseía todas las capacidades necesarias y quizás
más para ser un comando. Por ello termino primero entre los suboficiales y fue
premiado para hacer el curso de Lanceros, en Colombia o el de Comandos, en Perú
eligiendo este último.
A fines de 1977 fue trasladado a la Escuela de Infantería,
en Campo de Mayo. Fue en este lugar donde se desempeñó como instructor del
curso de comando, primera subunidad de este estilo, y paracaidista durante tres
años.
El 26 de mayo, el ¨Perro¨ Cisnero junto con la Compañia de Comandos 602 pudo tocar suelo malvinero, donde
el viento nunca deja de soplar y donde la bandera argentina nunca dejó de
flamear en el corazón de todos los patriotas que iban a participar de la gesta de Malvinas, para presentarle batalla al invasor británico.
Centro de la foto : el sargento Cisnero preparado para embarcarse rumbo a Islas Malvinas |
El 9 de junio a la tarde comienza a prepararse la emboscada.
La compañía Comandos 602 es reforzada por una sección de Gendarmería Nacional,
al mando del Segundo Comandante Santo. Desde las inmediaciones Monte Dos
Hermanas, el Mayor Rico ordena una exploración por la zona, sin que ésta
percibiera presencia enemiga. Con ésta seguridad, a eso de las nueve de la
noche, se establece la emboscada, según el siguiente dispositivo de ataque:
"Abajo del monte, en la punta de la saliente rocosa, un
escalón de apoyo con una ametralladora, compuesta por el sargento Cisnero como
apuntador y el Teniente Primero Vizoso como auxiliar; más arriba, el Mayor Rico
acompañado por el Capitán Ferrero y cerca de ellos, bajando a la derecha, otra
ametralladora manejada por el teniente Primero Enrique Rivas y servida por el
Sargento Miguel Franco. El escalón de asalto propiamente dicho estaba dividido
en dos fracciones, situadas en el bajo, a ambos costados: el Capitán Tomás
Fernández con su sección a la derecha y el Segundo Comandante Santo con los
gendarmes y otra ametralladora a la izquierda, provistos varios hombres a cada
lado con granadas de fusil. El Capitán Médico Ranieri fue situado detrás y arriba
de Rico, por cierto que también armado con su fusil para caza mayor.
Finalmente, a ciento cincuenta metros más elevado se hallaba el escalón
protección y recibimiento, a órdenes del Capitán Villarruel. Sobre el todo,
tropas del Regimiento 4 mandada por el Subteniente Llambías con
ametralladora."
Cerca de la medianoche los cañones del enemigo dejaron de
tronar. Sobrevino la calma.Sabían que la muerte acechaba. Repentinamente, el
cielo se encendió con una intensa luz que iluminó la zona de combate. Las
bengalas buscaban señalar los objetivos para la artillería. Desde su posición
divisaron los fogonazos de las bocas de los cañones.
El fuego no duró mucho. No dijeron nada. De nuevo el
silencio. El intenso frío los afectaba cada vez más. Ateridos, entumecidos, las
manos doloridas por el contacto con el helado acero de las armas.Los ingleses
aparecieron como buscándolos, desplazándose hacia la zona de muerte de la
emboscada. Eran las fuerzas de elite del SAS.
Vizoso recuerda: "Su presencia había sido advertida por
el escalón de seguridad del teniente Rivas que estaba ahí y nosotros del otro
lado. Mientras daban la voz de alarma, dejaron pasar la vanguardia inglesa
compuesta por alrededor de 10 soldados, lo que indicaba que se trataba de una
fuerza completa de entre 20 y 30 hombres.
Entraron por la derecha y nosotros estábamos casi en el
extremo izquierdo, y por esas cosas de la guerra, el alerta rojo no llegó al
escalón apoyo que integrábamos Cisnero y yo”. De pronto, sintió tensionada la
espalda de Cisnero.
Giró la cabeza hacia él, sorprendido. Vio cuando abrió fuego
con la Mag.En aquella emboscada a un grupo de comandos de elite ingleses, el
perro murió del impacto de un cohete Law, de 66 mm, que dio de lleno en su
pecho que lo mató instantáneamente.
La onda expansiva levantó a Vizoso por los aires, que cayó
pesadamente sobre las rocas. Cuando reaccionó, le preguntó a su compañero
-"¿Qué te pasa hermano?"El silencio fue la única
respuesta.
Lo dio vuelta tomándolo con sus dos manos. Estaba muerto,
con los ojos muy abiertos.
Quiso tomar la ametralladora, pero el pedazo más grande era
una parte de la culata, otro de la armadura y tramos de la banda con
municiones.
Después de enfrentar a los ingleses con heroísmo, herido y
sangrante, escuchó la llamada de sus camaradas. Estaba salvado.
Se dio vuelta y saludó al inerte sargento.
-Chau, Perro, hasta el encuentro con la eternidad. Lo tocó y
se fue casi desangrándose.-
Siendo fiel al lema de los Comandos argentinos ¨ Dios,
Patria o Muerte¨, aquel 9 de junio de 1982 caía en combate el ¨Perro¨ Cisnero, un
ejemplo de valor y lealtad a la Patria cuyo ejemplo está marcado en el bronce
de la historia y trasciende las fronteras argentinas.
Un caluroso saludo a todos los integrantes del ejército argentino. De un Ex suboficial Cabo 1ro. del ejército Argentino. De la Ex Ca ING 12 Iguazú Misiones, Digiovani Hugo José.
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