Un reconocimiento pendiente desde hace 28 años
A casi tres décadas del cobarde ataque al regimiento de La
Tablada, aún no se ha honrado a los militares, policías y soldados asesinados
allí por la guerrilla.
Un 23 de enero, hace 28 años, comenzaba la última incursión
armada de una agrupación terrorista de izquierda en nuestro país. Ese domingo,
combatientes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) atacaban el Regimiento de
Infantería Mecanizada 3 con asiento en la localidad de La Tablada, en la
provincia de Buenos Aires, bajo la absurda excusa de un supuesto levantamiento
militar.
Ingresaron por una puerta de guardia, arriba de un camión
robado. Tras ser sorprendido, el soldado conscripto Tadeo Taddía fue asesinado
por los terroristas, siendo la primera víctima de ese penoso día.
El MTP estaba comandado desde Nicaragua por el ex terrorista
del Ejército Revolucionario del Pueblo, Enrique Gorriarán Merlo quien,
aprovechando la coyuntura que se planteaba dentro de las Fuerzas Armadas con el
movimiento carapintada, pretendió utilizar los reclamos de éstos para
fundamentar un supuesto golpe militar. La verdad es que ese golpe no estaba
dentro de los postulados de los carapintadas, ni era una posibilidad
remotamente cierta, razón por la cual, apenas ingresaron los terroristas en el
regimiento, tiraron volantes donde informaban el ficticio golpe militar que
ejecutarían los carapintadas. Pero esto fue rápidamente descubierto al estar el
grupo integrado por mujeres y hombres con barba y sin uniforme quienes,
armados, comenzaron a tomar posiciones dentro de la unidad militar. Habían
elegido el 23 de enero de 1989 que era domingo y pleno verano para realizar el
ataque en el momento en que el regimiento estaba con mayor cantidad de personal
de licencia por las vacaciones.
Mataron a 11 miembros del Ejército y de la policía de la
provincia de Buenos Aires, entre ellos a soldados conscriptos de apenas 18
años.
La respuesta del Estado ante el artero ataque fue inmediata
y los terroristas sufrieron varias bajas. Recordemos que en 1989 un presidente
constitucional gobernaba el país, por lo que los resabios del terrorismo
setentista nuevamente atentaban contra un gobierno democrático para intentar
favorecer una situación social que fuera amigable a sus objetivos violentos.
Los terroristas fueron juzgados y condenados pero en 2000,
debido a una conmutación de penas ordenada por el presidente Fernando de la
Rúa, varios de los terroristas del MTP recuperaron la libertad. Y en 2003, el
presidente Eduardo Duhalde dictó una amnistía para los que restaban.
Sin embargo, pese al tiempo transcurrido, varias cuestiones
siguen sin ser resueltas. Ningún reconocimiento hubo para los militares,
policías y soldados asesinados por los terroristas aquel día. No fueron
indemnizados sus deudos, ni existe siquiera un memorial que los recuerde como
defensores del sistema democrático. Tampoco hubo homenajes oficiales para estas
víctimas, ni autoridades políticas que reivindicaran o participaran de los
homenajes que ciudadanos realizan año tras año en las ruinas del antiguo
Regimiento 3, luego vendido y trasladado a la localidad de Pigüé, provincia de
Buenos Aires.
Muchas incógnitas rodean aún hoy este luctuoso hecho, pero
lo injustificable es la falta de reconocimiento a los ciudadanos que vistiendo
un uniforme murieron aquel día en la valiente defensa de las instituciones del
país.
Hace un año eran recibidos por primera vez por el secretario
de Derechos Humanos, Claudio Avruj, los miembros de la asociación civil Celtyv
que nuclea a las víctimas del terrorismo, sin que hasta el presente haya habido
algún cambio respecto de la situación de las víctimas del terrorismo de los 70
y de La Tablada.
Tras 28 años, las víctimas siguen sin ser reconocidas y
admitidas, gobierno tras gobierno, mientras sus deudos aguardan que el Estado
promulgue una ley reparatoria para quienes cayeron combatiendo en defensa de la
democracia y hasta el día de hoy padecen las secuelas de aquel domingo trágico
de 1989.
LaNación
No hay comentarios :
Publicar un comentario