martes, 13 de diciembre de 2016

Defensa comprará armamento para comenzar el reequipamiento militar argentino


El presidente Macri aprobó un plan de reequipamiento militar

El ministro de Defensa dijo que se adquirirán aviones de entrenamiento para la Fuerza Aérea, patrulleras para la Armada y blindados para el Ejército.

El ministro de Defensa argentino, Julio Martínez, proyecta comprar en 2017 aviones para la Fuerza Aérea, patrulleras para la Armada, blindados y fusiles de combate para el Ejército, entre otros equipos.

Las compras supondrán, entre el 2018 y el 2019, un gasto total de más de 40 mil millones de pesos, aunque todavía no hay una cifra precisa.

Luego de la pérdida de equipos militares durante el kirchnerismo por la falta de compras o de mantenimiento, Martínez reveló que consiguió, la semana pasada, la aprobación del presidente Maurcio Macri para poner en marcha una serie de licitaciones o acuerdos estado a estado financiados con créditos externos. Martínez tendrá tuvo reunión en Olivos para precisar el alcance del plan.

Como primer paso, Martínez consiguió que en el presupuesto del 2017 se destine unos 95 mil millones de pesos para Defensa pero también logró que la compra de equipos “quede afuera”, al igual que los pagos por jerarquización salarial, en el marco de un plan de blanqueo de las cifras no remunerativas que dejó el kirchnerismo y crearon un caos salarial.

El ministro Julio Martinez dijo que las compras “no impactarán en este presupuesto, sino recién en el 2018 y 2019”.

En principio, para la Fuerza Aérea se comprarán 12 aviones de entrenamiento básico nuevos. La Fuerza Aérea -el arma que tuvo la mejor perfomance de combate en la guerra de Malvinas- se quedó sin aviones de combate supersónicos durante los gobiernos de los Kirchner por lo que los pilotos argentinos no tienen las horas de vuelo necesarias para mantener sus licencias al día. Será la primera compra de aviones nuevos de los últimos 40 años. En Defensa se analizan propuestas de los aviones Texan T-6 de EE.UU o los Tucanos brasileños, entre otras. Además del entrenamiento, se quiere reforzar el control del espacio aéreo en las fronteras con Bolivia y Paraguay por donde pasan más vuelos ilegales con drogas o contrabando.


El plan de Martínez incluye la puesta en servicio de dos radares 3D que la empresa estatal INVAP le entregó a Defensa. Los 3D son solo de uso militar. Uno ya está en funcionamiento y los otros dos entregados y “embalados” en cajas. El problema fue que el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, no construyó la obra civil para emplazar uno en la localidad de Pipané. Martínez discutió recientemente con Insfrán quien debería haberse hecho cargo de las obras y ponía “reparos inaceptables”. Finalmente, Defensa construirá una base allí y otra en Corrientes para de esa forma, sumando a los radares que ya están en funcionamiento en el llamado Operativo Escudo Norte, tener un control de casi todo el espacio aéreo norte que hoy en día es un colador. Martínez estaba entusiasmado, la semana pasada, porque había logrado que los actuales radares pasaran de funcionar de 6 a 12 horas por día y así identificarán más “Tráficos Aéreos Ilegales (TAI)”, aunque por ahora no tenga aviones para interceptarlos.


Para la Fuerza Aérea, también se comprarán cuatro aviones de transporte mediano para reforzar el trabajo que hacen los 3 Hércules que quedaron en funcionamiento y hoy son el recurso logístico principal de la campaña antártica. Se piensa en los Spartan de Italia o los Airbus C 295 con la idea de que pueden desde llevar cargas o transportar paracaidistas con sistemas “más versátiles” que los de los Hércules.

“Durante la guerra de Malvinas la Fuerza Aérea perdió 72 aviones y durante el kirchnerismo casi 100 por falta de repuestos o renovación”, comentó un brigadier a Martínez para explicarle la crisis en que se encuentra la  aviación militar.

En tanto, para la Armada el Gobierno proyecta comprar cuatro patrulleras oceánicas multipropósito. La idea es comprar dos terminadas y otras dos construirlas en Tandanor para tomar mano de obra local.


El Ejército se prevé comprar entre 10 y 30 vehículos blindados a rueda para transporte de tropas que puedan servir para actuar, dentro de las tropas de paz de la ONU, en zonas desminadas.

Otro proyecto que servirá no solo al Ejército es un acuerdo con la fábrica italiana Beretta para coproducir un fusil de combate, que vaya reemplazando año a año al FAL calibre 7,62mm, y una pistola cuyo modelo tampoco se decidió aún. 

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