El presidente Macri
aprobó un plan de reequipamiento militar
El ministro de
Defensa dijo que se adquirirán aviones de entrenamiento para la Fuerza Aérea,
patrulleras para la Armada y blindados para el Ejército.
El ministro de
Defensa argentino, Julio Martínez, proyecta comprar en 2017 aviones para la
Fuerza Aérea, patrulleras para la Armada, blindados y fusiles de combate para
el Ejército, entre otros equipos.
Las compras
supondrán, entre el 2018 y el 2019, un gasto total de más de 40 mil millones de
pesos, aunque todavía no hay una cifra precisa.
Luego de la
pérdida de equipos militares durante el kirchnerismo por la falta de compras o
de mantenimiento, Martínez reveló que consiguió, la semana pasada, la
aprobación del presidente Maurcio Macri para poner en marcha una serie de
licitaciones o acuerdos estado a estado financiados con créditos externos.
Martínez tendrá tuvo reunión en Olivos para precisar el alcance del plan.
Como primer paso,
Martínez consiguió que en el presupuesto del 2017 se destine unos 95 mil
millones de pesos para Defensa pero también logró que la compra de equipos
“quede afuera”, al igual que los pagos por jerarquización salarial, en el marco
de un plan de blanqueo de las cifras no remunerativas que dejó el kirchnerismo
y crearon un caos salarial.
El ministro Julio
Martinez dijo que las compras “no impactarán en este presupuesto, sino recién
en el 2018 y 2019”.
En principio,
para la Fuerza Aérea se comprarán 12 aviones de entrenamiento básico nuevos. La
Fuerza Aérea -el arma que tuvo la mejor perfomance de combate en la guerra de
Malvinas- se quedó sin aviones de combate supersónicos durante los gobiernos de
los Kirchner por lo que los pilotos argentinos no tienen las horas de vuelo
necesarias para mantener sus licencias al día. Será la primera compra de
aviones nuevos de los últimos 40 años. En Defensa se analizan propuestas de los
aviones Texan T-6 de EE.UU o los Tucanos brasileños, entre otras. Además del
entrenamiento, se quiere reforzar el control del espacio aéreo en las fronteras
con Bolivia y Paraguay por donde pasan más vuelos ilegales con drogas o
contrabando.
El plan de Martínez incluye la puesta en servicio de dos radares 3D que la empresa estatal INVAP le entregó a Defensa. Los 3D son solo de uso militar. Uno ya está en funcionamiento y los otros dos entregados y “embalados” en cajas. El problema fue que el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, no construyó la obra civil para emplazar uno en la localidad de Pipané. Martínez discutió recientemente con Insfrán quien debería haberse hecho cargo de las obras y ponía “reparos inaceptables”. Finalmente, Defensa construirá una base allí y otra en Corrientes para de esa forma, sumando a los radares que ya están en funcionamiento en el llamado Operativo Escudo Norte, tener un control de casi todo el espacio aéreo norte que hoy en día es un colador. Martínez estaba entusiasmado, la semana pasada, porque había logrado que los actuales radares pasaran de funcionar de 6 a 12 horas por día y así identificarán más “Tráficos Aéreos Ilegales (TAI)”, aunque por ahora no tenga aviones para interceptarlos.
Para la Fuerza Aérea, también se comprarán cuatro aviones de transporte mediano para reforzar el trabajo que hacen los 3 Hércules que quedaron en funcionamiento y hoy son el recurso logístico principal de la campaña antártica. Se piensa en los Spartan de Italia o los Airbus C 295 con la idea de que pueden desde llevar cargas o transportar paracaidistas con sistemas “más versátiles” que los de los Hércules.
“Durante la
guerra de Malvinas la Fuerza Aérea perdió 72 aviones y durante el kirchnerismo
casi 100 por falta de repuestos o renovación”, comentó un brigadier a Martínez
para explicarle la crisis en que se encuentra la aviación militar.
En tanto, para la
Armada el Gobierno proyecta comprar cuatro patrulleras oceánicas
multipropósito. La idea es comprar dos terminadas y otras dos construirlas en
Tandanor para tomar mano de obra local.
El Ejército se
prevé comprar entre 10 y 30 vehículos blindados a rueda para transporte de
tropas que puedan servir para actuar, dentro de las tropas de paz de la ONU, en
zonas desminadas.
Otro proyecto que
servirá no solo al Ejército es un acuerdo con la fábrica italiana Beretta para
coproducir un fusil de combate, que vaya reemplazando año a año al FAL calibre
7,62mm, y una pistola cuyo modelo tampoco se decidió aún.
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