Se trata de Eduardo Antonio Vallejos y Carlos Alberto Frías.
Sus familiares viajarán a Malvinas a vistar sus tumbas identificadas.
SOLDADO CLASE 62. CABO (POST MORTEM) CARLOS ALBERTO FRÍAS – EJÉRCITO ARGENTINO
REGIMIENTO INFANTERÍA MECANIZADO N°12
Fue radiooperador dentro del RI 12 a cargo del Tte Coronel
Piaggi. Falleció el 28 de mayo del ’82, en el combate terrestre de Darwin.
Fue
llevado al hospital británico instalado en la guerra en Bahía Ajax. Pero no fue
identificado después. Había nacido el 15 de octubre de 1962 en la capital de
Corrientes.
Su mamá, Petrona, fue cuatro veces a las islas. La última a los 71
años, en 2009.
SOLDADO CLASE 63. CABO (POST MORTEM) EDUARDO ANTONIO VALLEJOS – EJÉRCITO ARGENTINO
GRUPO DE ARTILLERÍA AEROTRANSPORTADA Nº4
El soldado Vallejos había nacido el 20 de noviembre de 1963
en Córdoba. Su familia, también, oriunda de Alta Córdoba, vivió toda la vida
frente a una plazoleta en la que Eduardo, de pequeño, jugaba junto a sus
hermanos. Era el tercero. La misma, tras su muerte, fue bautizada con su
nombre. La familia del soldado Vallejos relató que durante la guerra envió
cuatro cartas. La primera el 29 de abril y la última el 4 de junio, una semana
antes de morir. "Háganle caso a papi y a la mami", le decía a sus
hermanos.
Partió a Malvinas el 24 de abril de 1982. Su padre, Isidro,
alguna vez contó que su hijo murió durante una noche infortuita. "No debía
estar allí", dijo. Allí era una trinchera, la cual compartió con Roberto
Pintos, en donde ambos debían hacer la guardia hasta el amanecer.
El soldado Eduardo Vallejos, amigo de Edgardo Esteban (*),
hoy periodista militante del kirchnerismo - se ofreció para cubrir el puesto
que dejó Esteban. A los pocos minutos, una bomba inglesa cayó a dos metros de
la trinchera donde estaban los soldados Vallejos y Pintos.
Las esquirlas de la bomba que explotó a dos metros lo
hirieron de muerte al soldado Vallejos. Su compañero, el soldado Pintos tuvo
una reacción previa, instantánea, rápida. La misma le salvó la vida. Vallejos,
en cambio, fue víctima de una milésima de segundo que lo dejó en la isla para
siempre.
(*) Esteban no solo abandonó su puesto y permitió
que su cobardía fuera la causa de la muerte de su compañero, sino que pasó el
resto de la contienda en Puerto Argentino sin que la guerra o el hambre lo
rozaran.
Al volver al continente escribió un libro con el cual se
hizo una película, “Iluminados por el fuego” donde pintaba como borregos a sus
compañeros.
No hay comentarios :
Publicar un comentario