Hallaron al submarino ARA San Juan, a un año de su desaparición
La Armada Argentina confirmó que los objetos encontrados a
800 metros de profundidad corresponden al ARA San Juan.
"El Ministerio de Defensa y la Armada Argentina
informan que en el día de la fecha habiéndose investigado el (Punto Dato) POI
24 informado por la empresa Ocean Infinity, mediante la observación realizada
con un ROV (vehículo de observación remota) a 800 mts de profundidad, se ha
dado identificación positiva al submarino ARA San Juan", señaló un breve
comunicado.
Antes de confirmar la noticia, las autoridades de la Armada
se comunicaron con los familiares de los tripulantes.
El viernes por la noche, el buque Seabed Constructor, a
cargo de la búsqueda del submarino ARA San Juan, llegó al denominado
"Sitio 1". Allí había sido detectado un objeto de "60 metros de
longitud", a partir de un nuevo análisis de imágenes recopiladas durante
los primeros días de la búsqueda.
Confirmación
El buque, enviado nuevamente a la búsqueda por la empresa
Ocean Infinity, arribó a la zona a las 22:23 del viernes. Dos horas después,
confirmó que se trataba del submarino desaparecido.
El Seabed Constructor navegó "con mejores condiciones
meteorológicas", indicó el parte de la Armada, por lo que no tuvo inconvenientes
para los operativos que finalizaron con el hallazgo del submarino desaparecido.
La confirmación llegó luego de que uno de los minisubmarinos
se sumergiera 800 metros dentro del área "15A-4".
Dimensiones
La empresa Ocean Infinity había considerado que se trataba
de un "contacto tipo C", es decir, de similitud con un submarino por
sus dimensiones. Exactamente, "60 metros de longitud", confirmó un
parte oficial difundido horas atrás por la Armada Argentina.
A raíz de esto se tomó la decisión de regresar a la zona el
jueves, justo el último día en el cuál el Seabed Constructor tenía previsto
hacer la búsqueda antes de suspender sus procedimientos hasta febrero por
cuestiones de mantenimiento.
El hallazgo del submarino
La complejidad del relieve del lecho marino y el uso de la tecnología
más avanzada disponible para desentrañar sus secretos. Son, a criterio de
especialistas, las razones que explican por qué el ARA San Juan fue hallado un
año después en la zona considerada, desde un principio, como la de mayores
posibilidades para encontrarlo. Y por ende, la más transitada y barrida, a
partir de que el 15 de noviembre de 2017 se perdió todo contacto con el
submarino.
Cuando inició su operativo el 7 de setiembre pasado, el
buque Seabed Constructor barrió cinco áreas, 1, 2, 3A, 3B y 4, coincidentes con
las ya rastrilladas durante la etapa de ayuda internacional. Las dos primeras
estaban referenciadas en un par de puntos clave del caso: la última
comunicación con el submarino a las 7:19 (punto Iridium) y la anomalía
hidroacústica registrada a las 10:51 del mismo día e informada 8 días después
por la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos
Nucleares (punto CTBTO, por la sigla en inglés del organismo).
Este último dato
permitió identificar un área con el centro a 27 kilómetros de la última
posición conocida del buque. En ese sector, ubicado frente al Golfo San Jorge,
se encuentra el talud continental que está conformado por tres aterrazados. La
parte superior, la más estrecha, tiene una pendiente pronunciada. El segundo
está conformado por una pendiente más leve, de entre 700 y 800 metros de
profundidad. Y termina en una superficie escalonada que llega hasta el talud inferior,
a unos 3.000 metros de profundidad y desemboca en la emersión continental,
también conocida como zona de las llanuras abisales.
Por la complejidad de acceso y riesgo para los vehículos
autonómos submarinos (AUV) y los remotamente operados (ROV) con los que cuenta,
Ocean Infinity dejó para el final del rastrillaje en cada área, la revisión de
esos cañadones. Así sucedió con cada área que rastrilló, desde las cinco
iniciales hasta las dieciséis que agregó después. Las siete que sumó al
operativo durante la última semana, identificadas con los números 14 al 20,
estaban destinadas a inspeccionar precisamente los gaps (baches) que había
dejado el rastrillaje de los sectores oscuros o sombras, los de más difícil
constitución por las características que presenta allí el relieve submarino.
Así se llegó al diseño de la subárea 15 A 4, ubicada dentro del área 1 original, la primera en ser barrida por el Seabed Constructor y subdividida en cinco zonas. El buque noruego llegó a ella el viernes 9 a la madrugada e hizo bajar a tres de sus AUV para que la rastrillaran en forma simultánea, lo que realizaron durante el fin de semana. Recién tres días después, el miércoles 14, pudo determinarse a bordo que entre los datos recogidos en la subárea 15 A 4 había un punto de interés necesario de verificar con ROV. El hallazgo ocurrió mientras el barco de Ocean Infinity viajaba unas 200 millas al Norte, hacia el sitio pedido por los familiares, donde sonaristas de la corbeta Spiro, habían oìdo "ruidos de casco".
Desde el Comando de Operaciones de Adiestramiento y
Alistamiento (COAA) de la Armada en Puerto Belgrano explicaron que las
formaciones rocosas que abundan en la zona contribuyen a enmascarar los objetos
extraños al ámbito submarino que puedan caer allí. "A mayor profundidad la
velocidad de las corrientes disminuye y cuando algo se deposita allí, las
mismas corrientes generan 'socavones' a su alrededor" revelaron desde
Hidrografía Naval. Agregaron que el objeto analizado no se erosiona tan rápido
y la acumulación de sedimentos sobre su estructura es paulatina.
En cercanías al sitio donde fue hallado el ARA San Juan, ya
se habían desechado una docena de contactos, la mayoría por tratarse de bloques
geológicos. Entre las áreas 1 y 2, se
acumula más del 70% de los indicios detectados a lo largo del operativo de
búsqueda que acumuló 94 contactos durante la primera fase y 24 desde que Ocean
Infinity se hizo cargo de las operaciones. La tecnología más avanzada del mundo
con la que cuenta su buque permitió ubicar finalmente al submarino. Los sonares
de barrido lateral con ondas multihaz y magnetómetros de sus AUV como los
dispositivos para la captura de imágenes y transmisión en vivo de sus ROV,
permitieron desentrañar el misterio que el lecho marino guardó durante un año.
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