jueves, 22 de noviembre de 2018

Malvinas : Identificaron los restos del soldado Fabricio Carrascull


Son 104 los restos de los héroes argentinos identificados de Malvinas

Fabricio Carrascull, oriunodo de Hernando, Córdoba, cayó en combate el 28 de mayo de 1982 en la sangrienta batalla de Pradera del Ganso.

Su madre que buscó a su hijo durante más de tres décadas. Ella recuerda haberlo despidió emocionada el 2 de febrero de 1982. "Lo incorporaron al Regimiento 25, en Chubut. Tuvieron 20 días de instrucción y después los mandaron a la guerra", recordó.

Su padre Joaquín Nelson Carrascull pudo verlo un mes después. Viajó al sur con un cuñado que tenía una concesionaria Ford y había vendido tres camionetas en la provincia patagónica. El hombre manejó hacia el sur y llevó una camarita para sacar algunas fotos junto a su hijo. El chico le pidió la cámara y él se la dejó con algunos rollos. Nadie pudo imaginar en ese entonces que solo unos meses después Fabricio estaría luchando en una guerra.

Subteniente Roberto Estévez 
Al joven le tocó estar en Pradera del Ganso. Cuando los ingleses desembarcaron en San Carlos, su superior, el teniente Roberto Estévez, recibió la orden de atacar las Colinas de Boca House.

El valiente oficial supo que aquella era una misión sin retorno. Y arengó a su tropa antes de ponerse en marcha. Llegaron a la madrugada, bajo un intenso fuego de artillería. Era el sacrificio que tenían que hacer para evitar la caída de la posición de Darwin-Pradera del Ganso y "para evitar la presión del enemigo sobre la Compañía C del Regimiento 12 de Infantería", le dijeron los altos mandos.

Fabricio y sus compañeros tenían que recomponer esa primera línea de ataque. "Sé que la misión que le imparto sobrepasa sus posibilidades, pero no me queda otro camino", dijo el oficial superior.

Y entonces el chico de Hernando escuchó los gritos de Estévez que les decía: "Soldados, en nuestras capacidades están las posibilidades para ejecutar este esfuerzo final, y tratar de recomponer esta difícil situación. Estoy seguro de que el desempeño de todos será acorde a la calidad humana de cada uno de ustedes y a la preparación militar de que disponen".

Finalmente, todos los integrantes de la fracción, escucharon la orden:  "¡Seguirme!". Y solo un rato después estuvieron en medio del feroz combate.

Regimiento de infantería 25 que participaría heroicamente en la batalla de Darwin- Pradera del Ganso. Centro de la foto el subteniente Roberto Estévez junto con sus camaradas en Darwin.

Estévez fue herido en una pierna y luego en hombro. "¡Me pegaron de nuevo, cabo Castro no abandone el equipo de comunicaciones y continúe dirigiendo el fuego de artillería…!", fue su última orden antes que un impacto en la cara terminara con su vida.

"Soldados, el teniente está muerto, me hago cargo",  gritó Castro, un instante antes de ser alcanzado por una ráfaga de proyectiles trazantes.

Y entonces Fabricio Carrascull, con sus 18 años y sus 20 días de instrucción, tomó la radio en medio de los disparos y los estruendos de mortero y gritó: "¡Murió el teniente, murió el cabo! ¡Me hago cargo! Nadie se mueve de su puesto, economicen la munición, apunten bien a los blancos que aparezcan".

El joven alegre, que amaba el fútbol, la música de León Gieco, el que hacía reír a su familia, el que tarareaba Las grasas de las capitales de Serú Girán en las islas, ya no sonreía. Con la radio en su mano impartía órdenes para seguir combatiendo a un enemigo que los superaba en hombres y en armas.

"Los ingleses se repliegan, los hemos detenido y los obligamos a retirarse. ¡Viva la Patria!", sintieron sus compañeros que gritaba, cuando los ingleses se movieron en retirada. En ese instante un preciso disparo le dio en la cabeza. Fabricio cayó en la trinchera junto a la radio con la que había dirigido a sus compañeros.

Fue el 28 de mayo de 1982. Su cuerpo, junto a los de sus 38 compañeros que murieron en esa batalla, quedó sobre la turba. En el bolsillo de su pantalón de combate encontraron la cámara de fotos que le había dado su padre y dos rollos. Los británicos se la llevaron. El subteniente Gómez Centurión cavó la fosa junto a otros de los militares que habían caído prisioneros del 2° Batallón de Paracaidistas y la 5ta Brigada de Artillería británicas.

Ocho días después del combate los enterraron en una fosa común. Tres oficiales ingleses y tres argentinos rindieron honores. Un sacerdote argentino -el padre Mora- y un capellán inglés -David Cooper- hicieron una oración por los caídos. Allí clavaron una precaria cruz de madera, donde un oficial talló: "39 cuerpos argentinos".

Saludo a los caídos en la batalla de Darwin - Pradera del Ganso

Años más tarde, Eric Langer, un amigo de Fabricio y veterano de guerra, viajó a las islas junto a otros familiares de Malvinas. Alquilaron un jeep y le pidieron al isleño que los condujera a Darwin. Langer llevaba un pasamontañas, como el que había usado durante la guerra.

Puesto de reunión de los heridos británicos en la batalla de Darwin-Pradera del Ganso

El chofer lo miró muy fijo y de pronto comenzó a llorar. Conmovido, de un cajón de su casa sacó una fotocopia color que tenía una imagen que Eric pudo reconocer de inmediato: era él, vestido de combate, durante la guerra de 1982 y con su pasamontaña. Era la foto que le había sacado Fabricio con su camarita. 

El isleño contó entre lágrimas que algunos soldados ingleses habían regresado a las Malvinas para conmemorar los 25 años de la guerra. Y un ex militar le dejó esa imagen: "Cuando venga algún argentino, dásela", le pidió.  Ucha guarda la foto que sacó su hijo como un tesoro.

Madre del soldado Carrascull 

El soldado Carrascull fue condecorado con la medalla de la Nación Argentina al valor en Combate. Y desde hoy su madre sabe que yace en la tumba D.B.2.17 del cementerio de Darwin. Ya no tendrá que buscarlo.

Eleanor Carrascull, hermana de Fabricio, en el Espacio de la Memoria donde recibió la notificación

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